¿Ya no te levantas con la piel radiante?
¿Te suena lo del ritmo circadiano?
Se trata de un ritmo endógeno, de nuestro propio organismo. Es la alternancia entre el estado de vigilia, correspondiente al período del día durante el que estamos despiertos, y el sueño. Dura un día entero, unas 24 horas, aunque puede variar de una persona a otra en una o dos horas. Podríamos decir que es un reloj molecular que funciona en bucle.
Permite que nuestro organismo funcione correctamente, porque controla muchos parámetros como la secreción de cortisol, la temperatura corporal, el comportamiento alimentario y la secreción de melatonina.
¿Cómo se mantiene correcto este ritmo esencial?
Se sincroniza automáticamente gracias a varios sincronizadores internos (como el gen CLOCK del que te hablaré más adelante) y externos que pueden actuar de manera simultánea.
Uno de los más poderosos es la luz; la actividad física y la temperatura exterior también influyen, pero su efecto es mucho más leve. La retina capta la luz y la señal que se transmite al reloj interno hace que el ciclo se reinicie para sincronizarse durante 24 horas. Por lo tanto, es la exposición a la luz durante el día y a la oscuridad por la noche lo que sincroniza el reloj biológico. Este reloj interno, ubicado en el corazón del cerebro, marca el ritmo circadiano del cuerpo como un director de orquesta.
¿Qué impacto tiene en la piel?
Las células de nuestra piel realizan muchos tipos de actividades: defensa, reparación, regeneración, etc y no pueden gestionarlas todas al mismo tiempo. Por eso su funcionamiento biológico está finamente orquestado para realizar lo que es más favorable según sea de día o de noche. Los mecanismos de defensa están más activos de día para proteger la piel de las agresiones externas, y los mecanismos de reparación y regeneración durante la noche para restablecer la homeostasis y reparar los daños del día.
Como puedes imaginar, para llevar a cabo las actividades adecuadas en el momento oportuno, la piel se guía por el ciclo circadiano, porque posee sincronizadores que intervienen en la regulación del ritmo biológico y crean su propio ritmo en las células cutáneas para mantener la homeostasis de la piel frente a las agresiones externas (rayos UV, estrés oxidativo).
El gen CLOCK, proteínas presentes de forma natural en las células de la piel, son capaces de sincronizar el ritmo circadiano de las células cutáneas con el entorno. Como resultado, favorecen los mecanismos de protección durante el día, pero también un aumento del espesor de la piel y de la producción de sebo, así como un pH más elevado y una disminución de la división celular.
Durante la noche, se produce un aumento de la reparación del ADN y de la división celular, pero también una pérdida de agua y un aumento de la permeabilidad de la barrera cutánea. También notamos que se reduce la tasa de recuperación de la barrera cutánea.
La desincronización del ritmo se produce cuando el reloj deja de estar en armonía con el entorno, lo que da lugar a un desfasaje que puede producir fatiga, trastornos del sueño y trastornos del estado de ánimo. Esta desincronización del ciclo está relacionada con el envejecimiento y provocará:
- una pérdida de adaptación entre el reloj interno y los sincronizadores
- una incapacidad del reloj interno para accionarse
- o un mal funcionamiento del reloj interno.
¿Qué otros factores pueden alterar el ciclo circadiano?
Además del envejecimiento, podemos contar la estacionalidad, los cambios de temperatura, la intensidad de la luz, la falta de sueño y el estrés. Las células de la piel ya no pueden adaptarse al entorno externo y vivir en armonía con este, lo cual provoca disfunciones en dichas células. Más precisamente, durante la noche, las células que no están sincronizadas reducen sus mecanismos de reparación y regeneración. La alteración del ritmo circadiano hace que nuestras células se vuelvan más vulnerables y que se acelere el envejecimiento.
¿Quieres saber más sobre el gen CLOCK?
Como te contaba, todos llevamos dentro un «reloj» que sigue un ciclo de 24 horas. Para mantener este ritmo, la piel cuenta con unos genes llamados CLOCK* (Circadian Locomotor Output Cycles Kaput ). El papel de estas proteínas funcionales es mantener el ritmo circadiano y alertar cuando se produce un cambio de fase. Su función es, por tanto, resincronizar nuestro ritmo circadiano cuando se ve alterado por, como hemos visto, la sobreexposición a los rayos UV, la falta de sueño, el estrés o el proceso de envejecimiento.
El Aceite Excellage te ayuda a resincronizar el ritmo circadiano
Gracias al activo chrono-repair, un derivado del azúcar biomimético, que restaura la expresión del gen CLOCK. Asípermite que la piel se recupere más rápidamente y resincronice las células cutáneas durante el sueño, para, al despertar, lucir una piel regenerada, intensa y duraderamente nutrida, redensificada y con una fuerza y luminosidad renovadas.
Se trata del primer Sleeping oil Institut Esthederm que ayuda a la piel durante el sueño, a recuperar densidad, nutrición, luminosidad y reducir de forma visible y duradera los signos de envejecimiento.
¿Para quién? Las pieles más exigentes. Piel apagada, átona, con arrugas y falta de firmeza, con un despertar desincronizado con falta de fuerza, luminosidad y confort e incluso sensible.
¿Cuáles son los resultados observados?
La piel se regenera, se nutre de forma intensa y duradera, se redensifica y recupera su fuerza y luminosidad.
¿Cuál es la textura? Textura seca bifásica oleosa, acabado no graso.
Modo de empleo: aplicar por la noche, después de agitar el frasco.
Probado bajo control dermatológico.